domingo, 4 de mayo de 2014

Cuando el paciente eres tú.


Cuando el paciente eres tú, se ve todo desde otra perspectiva. 
Agradeces las palabras amables del personal sanitario, una sonrisa, que entren en la habitación a preguntarte, que te digan cómo se llaman. 
Agradeces que no te juzguen, que te escuchen, que no te cataloguen de buen o mal enfermo. 
También aprendes a valorar el trabajo que realizan tus compañer@s de profesión y los relacionados con la enfermería. 
Y sobre todo, aprendes a conocerte y a saber cómo quieres y no ser con tus pacientes. 
Porque el paciente, como su propio nombre indica, es una persona que espera y espera y desarrolla un ejercicio de paciencia muy grande. 
Aprendes a ver los dos lados y comprendes todo el conjunto, desde ambas perspectivas. 
Así que, para algo me ha servido ponerme enferma. 
Buenas noches.
Patricia. 

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